TESIS #32


Fuimos llamados a hacer todo lo que hacemos de manera primaria para Dios y no para los hombres


Basada en Colosenses 3:23


Si perdemos de vista el hecho de que hacemos lo que hacemos primordialmente para Dios, continuamente caeremos en la tentación de dejar el ministerio porque alguien nos ofendió o nos decepcionó, porque alguien no hizo lo que le tocaba hacer, porque la población es muy demandante, porque la congregación es hiriente, porque la congregación no nos da lo que esperábamos o porque los líderes no cumplen con lo que demandábamos. Tenemos que recordar las enseñanzas del apóstol Pablo a los colosenses donde les dice: "Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón como para el Señor y no para los hombres" (Colosenses 3:23). Si no recordamos este principio tan vital a la hora de servir, continuamente estaremos acusando a otros de aquello que no nos dan o no nos sirven. Muchas veces, estaremos desarrollando un sentido de ingratitud hacia nuestro Dios, precisamente, porque el hombre siempre nos va a fallar. El hombre le falló al Señor Jesucristo. Pedro, la persona que caminó sobre las aguas con Jesús, le negó tres veces. Piensa por un momento que el mejor grupo pequeño de toda la historia de la iglesia lo formó Cristo. Dios encarnado tomó a doce hombres por dos o tres años y al final del narindo uno in vandić sten in nanń strm nisaris cantoreas mann


μείνου derecha, otro a la mano izquierda y otro ni siquiera quiso creer en la resurrección hasta que no pusiera su dedo en la llaga. Como puedes ver, el problema está en el corazón y, por tanto, si sirves a tu Dios todo el tiempo y quieres complacerle, no importa las cosas que los hombres te hagan, siempre estarás satisfecho con servir al Señor de señores, al Rey de reyes, porque Él es quien te ha pedido. que sirvas a las ovejas por las que murió. ¡No lo olvides!

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