Sin embargo, después de su resurrección, Jesús ascendió al cielo y tomó nuevamente su lugar junto al Padre. La Biblia describe este evento como una exaltación, donde Jesús fue elevado a la posición más alta de autoridad y poder en el universo.
Estar "a la diestra del Padre" significa tener autoridad y poder. En este sentido, Jesús, después de su ascensión, se sentó a la diestra de Dios Padre, lo que implica que tiene una posición de autoridad y poder muy importante. Esto también significa que Jesús está intercediendo por nosotros ante Dios Padre y que está trabajando a favor de nosotros.
En resumen, la separación del Hijo con el Padre durante la encarnación fue temporal, y después de su resurrección y ascensión, Jesús tomó nuevamente su lugar junto al Padre, con autoridad y poder para interceder por nosotros y trabajar a favor de nosotros.