La Bendición del Pueblo | Serie Rut - Parte 24

"1 Y dijeron todos los del pueblo que estaban a la puerta con los ancianos: Testigos somos. Jehová haga a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la casa de Israel; y tú seas ilustre en Efrata, y seas de renombre en Belén. 12 Y sea tu casa como la casa de Fares, el que Tamar dio a luz a Judá, por la descendencia que de esa joven te dé Jehová."

Las palabras de Booz, en el v. 10, son impresionantes. Se estaba comprometiendo a tomar a Rut por esposa, "para restaurar el nombre del difunto sobre su heredad, para que el nombre del muerto no se borre de entre sus hermanos y de la puerta de su lugar". Además de ello, la mujer que sería el instrumento de bendición para una familia de Israel, gracias a la acción de Booz, era una moabita. Con justa razón el pueblo reaccionó favorablemente y dijeron a una sola voz: "Testigos somos" (v.11a). Sin embargo, no se conformaron con sólo ser testigos, sino que quisieron añadir palabras de bendición sobre la pareja, empezando con Rut.

Refiriéndose a Rut, los pobladores dijeron: "Jehová haga a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la casa de Israel" (v.11b). Lo primero que debemos observar es que, al igual que Booz lo hizo unas semanas antes (ver Rt. 2:12), el pueblo suplicó la bendición de Jehová sobre la vida de Rut. Ella había dejado a su pueblo y a sus dioses, para refugiarse bajo las "alas" de Jehová. Conforme leemos en el Salmo 25:2-3, nadie que pone su confianza en Jehová jamás será avergonzado.

En segundo lugar, el buen deseo del pueblo era que Rut sea tan fecunda como Raquel y Lea, las dos esposas del patriarca Jacob, "las cuales edificaron la casa de Israel". La palabra, "Israel", no se debe tomar como una referencia a la nación de Israel, sino como el nombre que Dios le dio a Jacob. El deseo del pueblo no era que por medio de Rut se levante una nueva nación de Israel, sino que por medio de Rut Booz llegara a tener una gran familia tal como la tuvo Jacob, a

quien Dios llegó a llamar, "Israel".

En cuanto a Booz, el deseo del pueblo se expresó en las siguientes palabras: "y tú seas ilustre en Efrata, y seas de renombre en Belén" (v.11c). En el idioma original, la palabra "ilustre" es un término bastante general, que tiene el sentido de "fuerte" o "poderoso". Debe ser interpretado como sinónimo de "y seas de renombre", en la siguiente frase. Las dos frases son paralelas y dan mayor énfasis a los buenos deseos del pueblo. Booz ya era un hombre de renombre en Belén (ver Rut 2:1), así que lo que el pueblo deseaba era que su fama creciera, como recompensa por su generosidad y altruismo.

El deseo del pueblo para Booz, refleja la recompensa que Cristo recibió del Padre. Habiendo efectuado la redención de los pecadores, por medio de Su sacrificio en la cruz, Dios el Padre "le dio un nombre que es sobre todo nombre" (Fil. 2:9-11). Él llegó a ver el "fruto" de Su sacrificio (ver Is. 53:11) y quedó abundantemente satisfecho, al igual que ocurrió con Booz quien fue una "sombra" de Cristo. Si nosotros aprendemos a servir a otros también tendremos una recompensa de parte de Dios. ¿Estamos dispuestos a hacerlo?

La segunda parte de la bendición que el pueblo pronunció sobre Booz está expresada en las siguientes palabras: "Y sea tu casa como la casa de Fares, el que Tamar dio a luz a Judá, por la descendencia que de esa joven te dé Jehova (v12). Ese deseo fue muy apropiado por dos razones:

i. Tamar no era de Israel, y al igual que Rut, quedó viuda y sin hijos (ver Gn. 38:6-7). Es más, su pariente cercano no quiso casarse con ella porque sabía que los hijos que nacerían no serían suyos, sino de su hermano, el difunto (Gn. 38:8-9). ¡Los paralelos entre Tamar y Rut son múltiples!

ii. Booz era descendiente de Fares, el hijo que Tamar tuvo con Judá. Eso vincula Tamar con Belén (ver Rt. 4:18-21).

El deseo del pueblo era que tal como Tamar fue una bendición para el pueblo de Belén, Rut también lo sea. De ese modo, gracias a la providencia de Dios, dos

mujeres extranjeras fueron de gran bendición para el pueblo de Belén, dónde nacerían tanto el rey David como su descendiente, el Mesías.

Los pobladores estaban expresando su deseo por la nueva pareja a la luz de la historia, tomando como referencia lo que ocurrió a Raquel y a Lea, y también a Tamar. Sin embargo, en Su soberanía, el Espíritu Santo estaba hablando por medio del pueblo, expresando palabras proféticas de lo que pasaría en el futuro; palabras que se cumplieron no sólo cuando Booz y Rut llegaron a ser los ancestros de David y de Cristo, sino en que Booz vino a ser una "sombra" de Cristo.

El pueblo de Belén también expresó el deseo que Booz tenga una gran descendencia. En Isaías 53:10, tenemos el cumplimiento de esas palabras en la persona de Cristo, cuando leemos: "verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada". Con mucha precisión, el pueblo deseó para Booz exactamente lo que Dios tenía preparado para Cristo, de quien Booz fue la "sombra". De ese modo, bajo la dirección del Espíritu Santo, el pueblo habló más de lo que pensaban o entendían.

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