La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (cuyos miembros han sido apodados mormones) se atribuye ser la restauración de la verdadera iglesia establecida por Jesucristo. No tiene asociación, ninguna manera con el catolicismo romano o con el protestantismo. "Su teología, su organización, y sus prácticas son en muchos respectos completamente únicas entre las denominaciones cristianas actuales. "Posee el sacerdocio divino de Dios..... y está encabezada por profetas y apóstoles como la iglesia en días de Pedro y Pablo. Ciertamente, "si no hubiera sido por José Smith y la restauración, no hubiera salvación. No hay salvación fuera de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días".
En numerosas publicaciones se hace hincapié en que la iglesia que fue establecida por Jesucristo se volvió corrupta. La apostasía triunfó y la autoridad divinamente establecida eesó. La iglesia "vagó sin dirección" después de la muerte del apóstol Juan. No hubo revelación, autoridad ni ministerio aprobado divinamente hasta que la verdadera iglesia fue restaurada mediante el profeta José Smith.
Nacido, en Sharon, Vermont, en 1805, Smith se había mudado a Palmyra, Nueva York. Allí, en 1820, él relató haber visto su primera visión celestial. Dos personajes aparecieron. Su "brillo y gloria desafían toda descripción... Uno de ellos me habló, llamándome por nombre y dijo, señalando al otro "Este es mi Hijo Amado, A Él oid",
Siguió una serie de visitaciones de un "personaje resucitado llamado Moroni. Estas visitaciones culminaron el 22 de septiembre de 1827. Moroni entregó a Smith las "planchas de oro", la traducción de las cuales es conocida como el libro de mormón. En mayo de 1829, Juan el Bautista apareció y ordenó a Smith y a Oliver Cowdery al sacerdocio de Aarón. En junio del mismo año, Pedro, Santiago y Juan "vinieron a José Smith y a Oliver Cowdery y los invistieron del sacerdocio de Melquisedec" (McConkie 478).
Esto estableció la autoridad de la iglesia", porque sin el "sacerdocio de Melquisedec la salvación en el reino de Dios" no es "disponible para los hombres en la tierra" (McConkie 4 79). El 6 de abril de 1830 la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días fue establecida formalmente en Fayette, Nueva York, con seis miembros. Ha crecido a una membresía actual de más de tres millones, con ramas en todos los estados de la Unión Americana y en más de una veintena de países extranjeros. Varias estimaciones citan hasta catorce mil misioneros en ministerio activo, con unos seis mil sirviendo de tiempo parcial. Los misioneros de tiempo completo sirven voluntariamente, sin paga, normalmente por un período de dos años. La mayoría son jóvenes varones de diecinueve y veinticinco años.
1. Las fuentes de autoridad.
Creemos que la Biblia es la palabra de Dios hasta donde está traducida correctamente; también creemos que el libro de mormón es la palabra de Dios.
Creemos todo lo que Dios ha revelado, todo lo que él revela ahora, y creemos que él revelará todavía muchas cosas grandes e importantes pertenecientes al reino de Dios (PGP Artículos de Fe 8-9).
Se pone fuerte énfasis en que el canon de la Escritura nunca ha sido cerrado. La énfasis y dirección de Dios siempre ha sido por comunicación personal mediante siervos comisionados. Las leyes de Dios en un período han sido anuladas en otros, cuando se alcanza una etapa más avanzada del plan divino. Así, en el Sermón del monte (ver Mat. 5: 17, 18), el Salvador, se enseña, anuló la ley de Moisés. Se sostiene que las revelaciones actuales y continuas son características de la iglesia para que los oficiales de la iglesia puedan enseñar con autoridad. El presidente de la iglesia, en particular, es "igual a Moisés" -un vidente, un revelador, un traductor y un profeta, teniendo todos los dones de Dios que él concede al cabeza de la iglesia" (DyC 107:91-92). El habla, en la ocasión, con tanta autoridad como lo hace la Biblia, o como cualquiera otro de los libros sagrados aceptados, el libro de Mormón, Doctrinas y Convenios, y La Perla de Gran Precio.
1.1. La Biblia.
La versión oficial de la Biblia usada por la iglesia mormona en los países de habla inglesa es la King James, y en los países de habla castellana la Reina-Valera. Una revisión por José Smith, llamada la Versión Inspirada, no fue completada y no es usada por el grupo de la ciudad de Salt Lake. Debe hacerse notar que para el mormón la Biblia no es absoluta en su autoridad ni final o completa en su revelación. La cláusula calificadora "hasta donde está traducida correctamente" sugiere errores en la traducción que presumiblemente han sido corregidos por revelaciones subsecuentes.
1.2. El libro del mormón.
Los mormones consideran que el Libro de Mormón es "un registro inspirado divinamente, hecho por los profetas de pueblos antiguos que habitaron el continente americano siglos antes y después del tiempo de Cristo" (Talmage 255).
"Contiene un registro de... la plenitud del evangelio" (OyC 20:9; ver también 42: 12, etc.). El profeta mismo declaró que "el libro de Mormón era el libro más correcto sobre la tierra, y la clave de nuestra religión" (McConkie 99, citando a José Smith).
El Libro de Mormón cuenta la historia épica de dos olas de inmigración al continente americano. Al principio, la nación jeredita "siguió a su líder desde la torre de Babel en el tiempo de la confusión de lenguas" (Talmage 260) alrededor del año 2250 a, de J.C. Esta gente floreció hasta 590 a. de J.C. cuando guerras internas la llevaron a su destrucción total. La batalla final tuvo lugar en la colina Cumorah, cerca de la actual Palmyra, Nueva York. La segunda migración fue bajo Leví, de la tribu de Manasés, alrededor del año 600 a. de J. C. Dos naciones, la nefita y la lamanita, vinieron de Nefi y Lamán, hijos de Lehi.
La primera "avanzada en las artes de la civilización, construyó grandes ciudades y estableció estados prósperos" (Talmage 260). La última "cayó bajo la maldición del disgusto divino; se volvió obscura de piel... y degeneró en el estado. caído en que los indios americanos -sus descendientes directos-fueron encontrados en tiempos posteriores" (Talmage 260). La batalla final entre esas dos naciones también terminó en Cumorah, alrededor del año 421 d. de J.C. El último sobreviviente nefita, Moroni, terminó el libro de mormón en las planchas de oro y las escondió en la colina Cumorah. Más tarde apareció, un ser resucitado, en 1823-27 y dio las planchas a José Smith para su traducción.
Las planchas estaban inscritas en caracteres llamados "egipcio reformado" (LM Mormón 9:32). Para posibilitar la traducción, Smith recibió el "Urim y el Tumím." Parecidas tal vez a un par de anteojos, eran "dos piedras en arcos de plata: y estas piedras (estaban) sujetas a un pectoral" (PGP José Smith 2:35). Con la ayuda de éstas, él terminó la traducción entre diciembre de 1827 y febrero de 1828. La historia se cuenta en los "Escritos de José Smith" que se encuentran en La Perla de Gran Precio. En "Escritos de José Smith" 2:63-65, Smith citó al profesor Charles Anthon como verificando la autenticidad de los "caracteres egipcios reformados". Anthon negó esto vehementemente, tildando toda la historia como de "perfectamente falsa". En declaraciones publicadas, la Institución Smithsoniana negó el conocimiento de algún caso auténtico de escritos hebreos o egipcios que se hubieran encontrado en el nuevo mundo.
No obstante, se declara que "casi todas las doctrinas del evangelio se enseñan en el Libro de Mormón con mucha mayor claridad y perfección que en la Biblia. Cualquiera encontrará prueba concluyente de la superioridad de las enseñanzas del libro de Mormón". (McConkie 99).
Aparentemente, los misioneros mormones usan mucho el reclamo de que el profeta Ezequiel habló de dos libros usando la figura de "dos varas" (Eze. 37: 16, 17). La Biblia, dicen, es la vara de Judá. El libro de mormón es la vara de Efraín y registra los tratos de Dios con una parte de la tribu de José. Está "ahora en las manos de los miembros de la iglesia, casi todos son de Efraín" (McConkie 767; ver también DyC 27:5).
En verdad, la palabra traducida "vara" literalmente significa "árbol, madera, o poste". La "vara" es el emblema del cetro real. Así es entonces que la "vara de Judá" representa el reino del sur; la "vara de José" es el reino del norte, del cual el primer rey fue Jeroboam, de la tribu de Efraín. Ezequiel el profeta estaba prediciendo la restauración y unión futuras de los dos reinos.
1.3. Doctrinas y Convenios.
La obra a la que los mormones se refieren como Doctrinas y Convenios está compuesta de 136 secciones, de las cuales todas, menos dos, fueron "revelaciones dadas a José Smith, el profeta" (página titular). La sección 135 relata su martirio y la 136 es "La palabra y voluntad del Señor, dadas por medio del presidente Brigham Young." Una declaración oficial que prohíbe la poligamia fue agregada en 1890 por el presidente Wilford Woodruff".
Las revelaciones significativas de este libro tienen relación con el bautismo por los muertos (secciones 124, 127-28), los matrimonios celestiales (sección 132: 19c-20), y los matrimonios plurales (sección 132). En contraste, 42:22-23 y 49: 15-16 ¡parecen ordenar la monogamia! El Libro de Mormón no dice nada acerca de los dos asuntos y denuncia fuertemente la poligamia (Jacob 2:23-36).
1.4. La Perla de Gran Precio.
La Perla de Gran Precio es un pequeño volumen que contiene "una sección de las revelaciones, traducciones y narraciones de José Smith" (página titular). Usualmente está ligada con Doctrinas y Convenios. También incluye los trece Artículos de Fe.
2. La Doctrina de Dios.
"Creemos en Dios el eterno Padre, y en su Hijo Jesucristo, y en el Espíritu Santo". (PGP Artículos de Fe, 1). El libro de Mormón parece igualar el concepto mormón de la divinidad con el del cristianismo ortodoxo: "Esta es la doctrina de Cristo, y la única y verdadera doctrina del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, que es un Dios, sin fin" (LM 2 Mefi 31: 21; ver también Alma 11:44, etc.). El teólogo Talmage, sin embargo, explica que "tres personas que componen el gran concilio presidente del universo se han revelado al hombre. Esas tres son individuos separados, físicamente distintos uno de otro" (Talmage 39).
Contradiciendo el Catecismo Abreviado de Westminster que declara que "hay tres personas en la Divinidad; el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; y estos tres son un Dios, el mismo en substancia, igual en poder y gloria" (Pregunta 6), Talmage declara que esto "no puede ser interpretado para significar que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son uno en substancia y en persona. (Talmage 40). La unicidad de la Divinidad, se declara, "no implica unión mística de substancia, ni ninguna innatural y por tanto imposible mezcla de personalidad" (Talmage 41). McConkie lo pone llanamente: "Hay tres Dioses... separados en personalidad... unidos como uno en propósito, en plan, y en todos los atributos de perfección" (McConkie 317). La palabra plural Elohim se usa como el nombre exaltado, el título de Dios, el Padre Eterno.
2.1. Crecimiento eterno.
Los mormones consideran a Dios como "un ser organizado tal como nosotros, que estamos ahora en la carne" Esto está de conformidad con la doctrina de que Dios es un "ser progresivo, su perfección posee... la capacidad del crecimiento eterno" (Talmage 529). "El tal vez fue una vez un niño y mortal como nosotros, y se levantó paso a paso en la escala del progreso". Dentro del esquema de progreso eterno, él está sencillamente muy, muy delante de nosotros, sus hijos. Se ha reiterado que "como el hombre es, Dios una vez fue; como Dios es, el hombre puede llegar a ser". Así se enseña que Abraham. Isaac y Jacob "han entrado en su exaltación y no son ángeles, sino dioses" (DyC 133:37). Le tocó a Brigham Young confundir las cosas un poco al añadir: "Adán es nuestro padre y dios, el único Dios con el que tenemos que ver."
2.2. Un cuerpo de carne.
El Padre tiene un cuerpo de carne y hueso tan tangible como el del hombre" (130:22). A esto se hace hincapié en el manual mormón para misioneros como parte de la revelación dada a José Smith. El vio dos personas "de carne y hueso". En consecuencia, se enseña que "negar la materialidad de la persona de Dios es negar a Dios; un cuerpo inmaterial no puede existir" (Talmage 48).
2.3. Omnipresencia.
Los mormones enseñan que Dios es omnipresente. Pero "esto no significa que la persona real de cualquier miembro de la Divinidad pueda estar físicamente presente en más de un lugar a un tiempo" (Talmage 43). Puesto que se sostiene que "personalidad" implica "materialidad", debe aceptarse que "Dios posee una forma... de proporciones definidas y por tanto de extensión limitada en el espacio" (Talmage 43). Sus sentidos y poderes, sin embargo, son infinitos, incluyendo la de trasladarse de un lugar a otro. De la misma manera él es omnisciente y omnipotente "por medio de la agencia de ángeles y siervos ministradores", y así está "en continua comunicación con todas las partes de la creación" (Talmage 44).
2.4. El Espíritu Santo.
El Espíritu Santo es "una persona de Espíritu" (DyC 130:22). No tiene un cuerpo de carne y hueso, como el Padre y el Hijo. Se le describe como "la influencia de la Deidad, la luz de Cristo, o de Verdad, que procede de la presencia de Dios para llenar la inmensidad del espacio, y para apresurar el entendimiento del hombre". No obstante, él "puede estar solamente en un lugar a la vez" (McConkie 359), aunque él "emana de la Deidad" como "electricidad, que llena la tierra y el aire, y está presente en todas partes" (McConkie 753).
2.5. Muchos dioses.
Los mormones enseñan que hay muchos dioses. El siguiente extracto de DOCTRINA MORMONA de McConkie es explícito:
Todo hombre que reina en gloria celestial es un dios para su dominio, dijo el profeta. (Enseñanzas, p. 374.) Por tanto, el Padre que continuará por toda la eternidad como el Dios de los seres exaltados, es un Dios de Dioses. Además, como el profeta también enseñó, hay un Dios sobre el Padre de nuestro Señor Jesucristo... Si Jesucristo era el Hijo de Dios, y Juan descubrió que Dios el Padre de Jesucristo tenía un Padre, usted puede suponer que él tenía un Padre también. ¿Dónde se ha visto un hijo sin padre?... Por tanto, si Jesús tuvo un Padre, ¿no podemos creer que él tuvo un Padre también?" (Enseñanzas, pp. 370, 373.) De esta manera el Padre y el Hijo, como también todos los seres exaltados, ahora o a su tiempo se convertirán en Dioses de Dioses (Enseñanzas, pp. 342-378), (McConkie 322-23).
Relacionado con esto está la declaración de que "Abraham, Isaac y Jacob han entrado en su exaltación, y no son ángeles, sino son dioses" (DyC 132:37). De conformidad con el gran esquema de progresión eterna, "nunca hubo un tiempo cuando no hubo dioses y mundos, y cuando los hombres no estuvieran pasando por las mismas pruebas por las que nosotros estamos pasando ahora".
2.6. Paternidad Celestial.
¡Los dioses tienen esposas! ¡Hay una madre en el cielo! Esta es la enseñanza normal relacionada con el hecho de que Dios es literalmente el padre de nuestros espíritus. (Ver "La Doctrina del Hombre", abajo.) "Cada dios, a través de su esposa o esposas, levanta una numerosa familia de hijos e hijas." La procreación de hijos hace a un hombre padre y a una mujer madre, sea que estemos tratando con el hombre en su estado mortal o inmortal" (McConkie 516). Dios, el Hombre de Santidad exaltado y glorificado, "no podría ser un Padre a menos que una mujer de gloria, perfección y santidad iguales estuviera asociada con él como madre" (McConkie 518). Esta "verdad gloriosa de paternidad celestial (McConkie 516) se expresa en un himno de los Santos de los Últimos Días:
¿Son solteros los padres en el cielo? No; ¡el pensamiento hace asombrarse a la razón! La verdad es razón, verdad eterna, Y me dice que tengo una madre allí. (En McConkie 517).
Enseguida de su declaración de que Adán es el dios de los mormones Brigham Young declaró que Adán "trajo a Eva, una de sus esposas, con él". De la misma manera, seres mortales que ganan la exaltación final se convertirán en padres y madres eternos y poblarán sus propios mundos con sus propios hijos espíritus. Esto incluye matrimonio celestial, el rito por el cual los participantes continúan como esposo y esposa en el reino celestial (ver "La Doctrina de la Expiación", abajo).
3. La Doctrina de Jesucristo.
Jesucristo "es el Jehovah eterno, el Mesías prometido, redentor y salvador, el camino, la verdad y la vida". Aunque puede parecer en armonía con la enseñanza bíblica, la cristología del mormonismo no es, a pesar de todo, la del cristianismo ortodoxo.
3.1. Primogénito de los hijos espirituales de Elohim.
"Entre los hijos espirituales de Elohim, el primogénito fue y es Jehovah, o Jesucristo, de quien todos los otros son menores." Esta distinción como "primogénito" describe la relación de Cristo con todos los hijos de Dios. Ángeles y demonios, y también los seres humanos, están incluidos. Varios tipos de seres sirven a Dios como ángeles, o mensajeros. Todos fueron los hijos del Padre. "El diablo... es un espíritu hijo de Dios que nació en la mañana de la preexistencia" (McConkie 193).
Los diablos, o demonios, "son los seres espirituales que siguieron a Lucifer en su guerra de rebelión en la preexistencia" (McConkie 195). Una tercera parte de los hijos espirituales de Dios siguió a Lucifer en esa rebelión. La diferencia entre Cristo y el hombre o los demonios es, por tanto, de grado, o de posición, y no de clase. Esto rechaza cualquier pensamiento de su deidad distintiva.
3.2. Por obediencia obtuvo ncia obtuvo rango de Dios.
Jesús fue el ejecutivo del Padre en la obra de la creación. En esta obra fue ayudado por Miguel (o Adán), "Enoc, Noé, Abraham, Moisés, Pedro, Jacob y Juan, José Smith y muchos otros" (McConkie 169).
3.3. Nació de la virgen María: Literalmente fue el hijo de Elohim.
Jesús nació de la virgen María. Esto asegura su posición única. Se hace hincapié, sin embargo, en que aunque la concepción tuvo lugar por el poder del Espíritu Santo, Cristo no es el Hijo del Espíritu Santo, sino del Padre. Talmage añade: "Elohim es LITERALMENTE el Padre del Espíritu de Jesucristo y también del cuerpo" (Talmage 466). "Él no nació sin la ayuda de un hombre, y ese hombre fue Dios. " Brigham Young añade: ¿Quién es el Padre? Él es el primero de la familia humana.... el mismo personaje que estaba en el jardín de Edén, y que es nuestro Padre en el cielo.
3.4. Era impecable.
Él también era impecable. "Él es esencialmente mayor que cualquiera de los otros por razón de: (1) su antigüedad como el mayor o primogénito; (2) su posición es esencion única en la carne como vástago de una madre mortal y de un Padre inmortal, o resucitado y glorificado; (3) de su selección y predestinación como el único redentor y salvador de la raza; y (4) de su impecabilidad trascendental". (Talmage 4 72).
3.5. Murió en la cruz.
Él murió en la cruz, dando su vida, voluntaria y gustosamente, por la redención de la humanidad. (Ver "La Doctrina de la Expiación", abajo.)
3.6. Resucito al tercer día.
Él resucitó al tercer día, con un cuerpo tangible de carne y hueso. Además de las apariciones después de su resurrección como están narradas en la Biblia, el Libro de Mormón cuenta de su venida a las Américas como un ser resucitado. El organizó la iglesia entre el pueblo nefita, con doce discípulos para dirigirla (LM 3 Nefi 11). Él vendrá de nuevo en poder y gran gloria para establecer su reino sobre la tierra. (Ver "La Doctrina de las Ultimas Cosas" [Escatología], abajo).
4. La doctrina del hombre.
La vida empezó para el hombre y para todas las cosas creadas (animales, aves, peces y toda criatura viviente, hasta la tierra misma) en el tiempo de sus respectivas creaciones espirituales. Sin embargo, debe entenderse que Dios no creó nada, en el sentido de traerlo a la existencia primigenia. Él organizó los elementos, que son coeternos con él" (McConkie 751). Los elementos así "organizados" son conocidos como "inteligencias", o "hijos espirituales" (McConkie 751).
En la amplia extensión de la eternidad, el avance del hombre en el sistema de la progresión eterna incluye cuando menos cuatro etapas: (1) la existencia premortal o espiritual, con cuerpos "hechos de una substancia más pura y refinada que los elementos de los que se hacen los cuerpos mortales" (Eter 4:16; DyC 131:7, 8.) (McC.onkie 589). (2) La vida mortal en la tierra, con el cuerpo y el espíritu unidos temporalmente (DyC 93:33). (3) En el mundo espiritual, la morada de los espíritus incorpóreos, después de la muerte. Es "sobre esta tierra", y estará "sin habitantes" después de la resurrección (McConkie 762). (4) La inmortalidad, el estado resucitado con cuerpo y espíritu conectados inseparablemente.
4.1. Libre agencia de los hijos espirituales.
Los hijos ales de D recibieron el derecho de libre agencia, es decir, la libertad para escoger el bien o el mal. Sus decisiones determinan, hasta cierto grado, su estado posterior. Una tercera parte se rebeló con Satanás y cayó con él. Ellos permanecerán "incorpóreos", sin entrar nunca en el sistema de progresión eterna (ver "La Doctrina de la Eternidad [El Estado Final]", abajo, subsección "Perdición"). Dos terceras partes permanecieron "afirmativamente por Cristo", pero algunos fueron menos "valientes" que otros.
Esto explica los "millones de personas locas y afligidas sobre la tierra", y "los que viven en inmundicia, corrupción, pobreza y degradación". Lo que son es el resultado de decisiones hechas en la existencia premortal. Por la misma razón, a los negros, que son el linaje de Caín, se les negó hasta 1978 el sacerdocio y las bendiciones correspondientes a este estado mortal (ver "Los Negros Mormones y el Sacerdocio", abajo).
4.2. Adán en el estado premortal.
En el estado premortal, Adán era Miguel, el arcángel (DyC 27:11; 107:54). Como primer hombre, fue formado "a la imagen de Dios, su Padre espiritual" (Talmage 63). Fue puesto en el jardín de Edén con Eva, una de sus esposas preencamadas. Este lugar, también llamado Adam-ondi-Ahrnan, está localizado "en la zona de la que el condado Jackson, Missouri, es el centro" (McConkle 20). Síón, la Nueva Jerusalén, será construida allí en los últimos días.
4.3. La caída de Adán.
"Adán cayó para que los hombres pudieran ser; y los hombres son, para que pudieran tener gozo" (LM 2 Nefi 2:25). Adán y Eva tenían cuerpos inmortales. Eva, sin embargo, pecó y se volvió mortal. Eso creó un dilema para Adán. Él había recibido dos mandamientos: primero, multiplicarse y llenar la tierra; segundo, no tocar el árbol prohibido. Eva era ahora mortal. Adán, siendo todavía inmortal, ¡no podía obedecer el primer mandamiento sin desobedecer el segundo! "El, deliberada y sabiamente escogió permanecer fiel al primero y más grande mandamiento, y... participó de la fruta" (Talmage 65).
La caída fue predestinada dentro del propósito de Dios. Debe ser considerada como una buena cosa en que fue un medio para proveer a billones de espíritus preexistentes con tabernáculos mortales. Adán exclamó: "Bendito sea el nombre de Dios, porque por mi trasgresión mis ojos son abiertos, y en esta vida tendré gozo" (PGP Moisés 5: 10). Eva se regocijó: "Si no hubiera sido por nuestra trasgresión nunca hubiéramos tenido simiente, y nunca hubiéramos conocido el bien y el mal, ni el gozo de nuestra redención, ni la vida eterna que Dios dio a todos los obedientes" (PGP Moisés 5: 11).
El catecismo mormón declara que debe pensarse de la caída como uno de los grandes avances hacia la exaltación personal y la felicidad. El hombre así se convirtió en mortal, una bendición disfrazada en que provee la oportunidad de progresión y perfección eternas a todos los hijos espirituales de Elohim. También trajo al hombre el conocimiento del bien y del mal. Este "es un elemento esencial en la comisión de pecado, y nuestros primeros padres no tuvieron este conocimiento hasta que hubieron participado del fruto" (McConkie 804).
4.4. La enseñanza mormona sobre el pecado original.
La doctrina del pecado original es negada por el segundo artículo de fe: "Creemos que los hombres serán castigados por sus propios pecados, y no por la trasgresión de Adán" (PGP Artículos de Fe 2). "Todo espíritu de hombre era inocente en el principio" (DyC 93:38). La edad de responsabilidad es considerada los ocho años, puesto que se declara que "sus hijos serán bautizados para la remisión de sus pecados a los ocho años de edad" (DyC 68:27).
4.5. La doctrina de la expiación.
Creemos que mediante la expiación de Cristo toda la humanidad será salvada, por obediencia a las leyes y ordenanzas del evangelio. Creemos que los primeros principios y ordenanzas del evangelio son: primero, fe en el Señor Jesucristo; segundo, arrepentimiento; tercero, bautismo por inmersión para la remisión de pecados; cuarto, imposición de manos para el don del Espíritu Santo. (PGP Artículos de Fe 3, 4).
En contraste con el plan de Lucifer, que hubiera obligado al hombre a obedecer a Dios, Cristo se ofreció a sí mismo para que el hombre fuera libre de escoger por sí mismo. Hay dos aspectos de La salvación: general, o incondicional; e individual, o condicional.
4.6. La salvación general (incondicional).
La salvación general, o incondicional, está segura para todos. Las debilidades corporales, enfermedades y muerte física, vienen sobre todos los hombres por causa de la trasgresión de Adán. Los hombres se volvieron mortales (lo que significa que quedaron sujetos a "La separación del espíritu eterno del cuerpo mortal" (McConkie 185).
Cristo, por la obra de redención, venció la muerte física y garantizó la resurrección física a todas las cosas vivas. ¡Esta es inmortalidad! "Hasta el incrédulo, el pagano y el niño que muere antes de alcanzar la edad de la discreción, todos somos redimidos por el auto sacrificio del Salvador de las consecuencias individuales de la caída... La resurrección del cuerpo es una de las victorias realizadas por Cristo mediante su sacrificio expiatorio" (Talmage 85). Incluidos también están "las bestias, las aves del aire y los peces del mar" (DyC 29:23-25), у de "la tierra... y de la expansión infinita de los mundos en la inmensidad" (McConkie 642). La única excepción son los hijos de perdición.
4.7. La salvación individual (condicional).
La salvación individual, o condicional, concierne a la progresión eterna del alma individual y es completamente dependiente de la obediencia, las obras y las decisiones en esta esfera de la existencia. La garantía de inmortalidad (resurrección física) no es sinónimo de vida eterna" o de "exaltación". No asegura "divinidad" en la eternidad.
Hay tres posibles esferas de existencia en la eternidad. Solamente una, la celestial, es la morada de los que continúan en progresión eterna para ser como "dioses". (Ver "La Doctrina de la Eternidad (El Estado final)", abajo.) La entrada a esta esfera es sobre la base de la obediencia a las leyes y ordenanzas, y por devoción y fidelidad, por perseverar hasta el fin en justicia y obediencia, entonces es posible merecer una consideración celestial" (McConkie 116; ver también DyC 20:29; LM 2 Nefi 9:23, 24).
Es con esto en mente que Talmage afirma que "el dogma sectario de la justificación por la fe sola ha ejercido una influencia para mal" (Talmage 479). El lugar a donde uno va después que es resucitado es determinado por las respuestas individuales, las acciones y las decisiones ahora.
4.8. El bautismo.
Para los mormones, el bautismo es la más vital y significativa de todas las ordenanzas -la misma entrada al reino del cielo un paso indispensable en nuestra salvación y exaltación. Sin él, es imposible el perdón de los pecados. Como José Smith declaró, "Los que no creen en tus palabras, y no son bautizados en agua en mi (el de Jesús) nombre, para la remisión de sus pecados, para que puedan recibir el Espíritu Santo, serán condenados" "(DyC (DyC 84:74). 84:74).
El bautismo infantil es considerado una burda perversión de la verdadera doctrina cristiana. El bautismo por los muertos es el enlace unificador entre "padres e hijos" (DyC 128: 18). Esta práctica singular ocupa un lugar prominente en la actividad actual del templo mormón, y presumiblemente será la gran obra durante el milenio.
La enseñanza básica es que muchos han muerto sin la oportunidad de escuchar y creer el evangelio. Para ellos, en el mundo espiritual, Cristo fue y predicó después de su muerte. Se pretende que 1 Corintios 15:29 y 1 Pedro 3: 18-22 apoyan esto. Hay otros "que han ido al mundo espiritual que nunca se han sometido a la ordenanza del bautismo, mientras que un gran número de los que han sido bautizados recibieron la ordenanza administrada por uno que no tenía ninguna autoridad".
A ellos también se les da la oportunidad de escuchar y creer. Pero ni siquiera los espíritus creyentes pueden ser salvos sin bautismo en agua. Por eso el bautismo por poder es una actividad principal por la que los Santos de los Últimos Días están diligentemente dedicados a construir templos en los que esta ordenanza pueda ser realizada. Los Santos se están congregando en los templos del Señor y redimiendo a sus muertos de la garra de Satanás. Están realizando una obra grande y poderosa por la familia humana que ha vivido en las diferentes épocas de la historia del mundo, y que, en algunos casos, por revelación, hizo manifiesto a sus hijos o amigos el hecho de que han aceptado el evangelio en el mundo espiritual.
En la práctica de esta actividad, la "Iglesia ha acumulado más de 150.000 rollos de microfilm que cubren más de 230 millones de páginas de estadísticas vitales, y la obra todavía sigue". Se dice que durante 1965 hubo 3.607.692 de tales bautismos.
4.9. El matrimonio celestial.
Los mormones consideran que "el matrimonio celestial (es) la entrada a la exaltación en el más alto cielo dentro del mundo celestial" (McConkie 118; ver también DyC 131: 1-4). Este rito es realizado solamente en templos mormones. El hombre y la mujer son "sellados para el tiempo y la eternidad" y "tienen derecho eterno sobre su posteridad, y el don del crecimiento eterno". A condición de que guarden todos los otros términos y condiciones establecidos, llegan a ser "dioses por derecho propio" (McConkie 118). Esta ordenanza exaltadora también puede ser realizada vicariamente, para beneficio de los muertos dignos.
5. La doctrina de las últimas cosas. (Escatología).
Creemos en la reunión literal de Israel y en la restauración de las diez tribus; que Sión será construida sobre este continente (el americano); que Cristo reinará personalmente sobre la tierra y que la tierra será renovada y recibirá su gloria paradisiaca (PGP Artículos de Fe 10).
5.1. Tres reuniones.
Las reuniones serán tres en número: "la casa de José será establecida en América, la casa de Judá en Palestina, y las tribus perdidas vendrán a Efraín.
América para recibir sus bendiciones a su debido tiempo" (McConkie 306; de DyC 133).
Israel. El pueblo de Israel se reunirá en la tierra de Síón, que es el continente americano. Se ha observado que sobre Efraín, el hijo de José, se concedió la primogenitura en Israel (Gén. 48:5-22). Israel, el reino del norte, esparcido después por todo el mundo conocido, frecuentemente es nombrado como Efraín. Así, Efraín "está a la cabeza en los últimos días y debe ser reunido primero para preparar el camino, para el resto de las tribus de Israel. "Además, "José Smith era efraimita puro", del linaje de José, y "la gran mayoría de los que han venido a la iglesia son efrairntas". De esta manera la casa de Israel está siendo congregada conforme hombres y mujeres se unen a la Iglesia de Jesucristo de los Últimos Días, y la casa de Israel está siendo establecida en Síón.
Judá. La casa de Judá (el pueblo judío) está siendo congregada en Jerusalén, principalmente en incredulidad. "El gran cuerpo (de ellos) no recibirá a Cristo como su redentor hasta que él mismo venga y se haga manifiesto a ellos."
Tribus perdidas. Las diez tribus pérdidas son descendientes del pueblo llevado en cautividad por Salmanasar de Asiria (721 a. de J.C.). Muchos todavía viven en "los países del norte", donde el Señor los ha escondido. La prueba de su existencia se encuentra en el Libro de Mormón (LM 3 Nefi 16: 1-4; 17:4). Fueron visitados por el Señor resucitado después de su ministerio en este continente entre los nefitas. "A su debido tiempo (ellos) regresarán y vendrán a los hijos de Efraín para recibir sus bendiciones. Esta gran reunión tendrá lugar bajo la dirección del presidente de la Iglesia de Jesucristo de los Últimos Días" (McConkie 458).
5.2. Reino milenario de Cristo.
El reino milenario de Cristo seguirá a la reunión de Israel y al terrenal 92 establecimiento de la Sión terrenal.
La primera resurrección. Este período glorioso de paz y prosperidad será inaugurado por la primera resurrección. Llamada la "resurrección de vida", o "de los justos", será en dos partes. Los resucitados con cuerpos celestiales vendrán en la mañana de la primera resurrección. Serán elevados para encontrar al Señor, y descenderán con él, para reinar junto con él (DyC 88:95-98). Evidentemente están incluidos todos los niños que murieron antes de alcanzar la edad de responsabilidad. En la tarde, los que tienen "cuerpos terrenales" se levantarán (ver "La Doctrina de la Eternidad (El Estado Final)", abajo, subsección "El Reino Terrenal"). Ellos vivirán en la tierra durante el reino milenario.
La segunda venida de Cristo. El regreso del Señor será notable por la destrucción de los malvados. Este evento ocurrirá al fin de la batalla de Armagedón, que entonces estará sucediendo. La tierra será limpiada de toda su corrupción y maldad. Todos los malvados, indignos de gloria celestial o terrenal, pasarán los mil años en "la prisión preparada para ellos". Allí estarán para "arrepentirse y limpiarse a sí mismos mediante las cosas que sufrirán".
Limpieza de la tierra. La tierra será limpiada por fuego y renovada, y recibirá su gloria paradisiaca, un regreso regreso al al "estado "estado edénico, e terrenal".
Atadura de Satanás. Satanás será atado y sus poderes limitados por los mil años. Los hombres serán aliviados de la tentación hasta cierto punto, pero "el pecado no será totalmente abolido, ni la muerte quitada" (Talmage 371). "Los niños vivirán para alcanzar madurez en la carne, y entonces pueden ser cambiados a una condición de inmortalidad" (Talmage 371).
Habitantes de la tierra. "Seres mortales e inmortales habitarán la tierra, y la comunión con los poderes celestiales será común" (Talmage 371).
Obra en el milenio. La gran obra del milenio será la realización vicaria de "ordenanzas salvadoras y exaltadoras" (bautismo y matrimonio celestial) en favor de muertos dignos que murieron sin oportunidad durante la vida (MeConkie 501).
Proclamación del evangelio. El evangelio será enseñado con gran poder, y "eventualmente toda la gente abrazará la verdad".
La segunda resurrección. La segunda resurrección tendrá lugar al fin del milenio. Como en el caso de la primera resurrección, tiene dos partes. Los que están destinados para gloria celestial (ver "La Doctrina de la Eternidad (El Estado Final)", abajo, subsección. El Reino Terrenal") serán resucitados en la "primera parte". En la "parte final" viene la resurrección de condenación, correspondiente a los hijos de perdición.
La liberación de Satanás. Satán será desatado y dirigirá la rebelión final al fin del milenio. El engañará a los hombres de nuevo y juntará "a sus ejércitos, hasta las huestes del infierno" (McConkie 501). Su derrota será total. Todos, incluyendo a Satanás, serán arrojados a "un castigo tan terrible que el conocimiento será retenido de todos, excepto de los que están destinados a esta condena" (Talmage 60).
5.3. La resurrección de la tierra.
La tierra morirá, resucitará, y se convertirá en un cuerpo celestializado, apropiado para morada de las inteligencias más exaltadas" (Talmage 375). "El milenio, con todo su esplendor, no es sino un estado más avanzado de preparación, por el cual la tierra y sus habitantes entrarán a la perfección predestinada" (Talmage 375).
6. La Doctrina de la eternidad (Estado final).
Hay tres reinos eternos de glorias muy diferentes, y otro lugar para los hijos de perdición. La condición y el lugar de los individuos en la eternidad son el resultado de sus propios esfuerzos, y "no el sacrificio de Cristo". Cada reino está organizado sobre un plan de graduación. El avance dentro de cada uno es posible, pero al progreso de uno a otro le falta "afirmación positiva (Talmage 409).
6.1. El reino celestial.
El reino celestial (la esfera de la exaltación) estará localizado en la tierra "resucitada". Será la morada de los que han sido limpiados de pecados y han continuado obedientes a las leyes y ordenanzas del evangelio. "Ellos serán dioses, porque no tienen fin" (DyC 132: 16-26). "Ellos tienen crecimiento eterno; es decir, tienen hijos espirituales en la resurrección, y en relación con esta descendencia están en la misma posición que Dios nuestro Padre está con nosotros" (McConkie 25:7). Todos los que alcanzan esta esfera morarán en la presencia de Dios y de Cristo para siempre (DyC 76:62).
6.2. El reino terrenal.
El reino terrenal será poblado por los que no aceptaron el evangelio hasta que estuvieron en el mundo espiritual. Con ellos habrá "personas responsables que murieron sin ley; hombres honorables de la tierra que están ciegos y que por tanto no aceptan y viven la ley del evangelio" (McConkie 784); y miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimas días que no fueron valientes, sino tibios. Permanecerán sin casar y sin exaltación, y recibirán la presencia del Hijo, pero no la plenitud del Padre.
6.3. Habitantes del reino celestial.
El reino celestial es el lugar al cual "irá la mayoría de la gente adulta que ha vivido desde el día de Adán" (McConkie 778). José Smith vio en una visión que los habitantes del mundo celestial "eran tan innumerables como las estrellas en el firmamento del cielo, o como la arena en la playa" (DyC 7d6: 109). Habiendo rechazado a Cristo y habiendo vivido perversamente, serán los últimos en ser resucitados, y habrán sufrido la ira de Dios en el mundo espiritual. En esta esfera nunca conocerán la presencia de Dios o de Cristo, sino seguirán como siervos de Dios.
6.4. Perdición.
La perdición significa que no hay esperanza de ningún grado de salvación. "Dos personas, Caín y Satanás, han recibido el título perdición" (McConkie 566). Los hijos de perdición incluyen a los ángeles que se rebelaron con Satanás, y hombres que cometieron el pecado imperdonable: es decir, "habiendo recibido el testimonio de Cristo, y habiendo sido dotados por el Espíritu Santo (ellos) entonces niegan al mismo y desafían el poder de Dios" (Talmage 410).
El pecado imperdonable "puede ser cometido únicamente por los que han recibido conocimiento y convicción de la verdad" (Talmage 410). Ellos están destinados al fuego eterno. Sin embargo, esto es suavizado por la idea de que "debe haber un fin para el castigo futuro". Es llamado "castigo eterno no porque Dios es "eterno". "Castigo eterno" es sencillamente "castigo de Dios, es el nombre del castigo que Dios inflige, siendo él eterno en su naturaleza". ¡Dios tiene el poder para perdonar más allá de la tumba! El castigo eterno puede durar "una hora, un día, una semana, un año, o una época".
7. Poligamia.
La práctica de la poligamia, o matrimonio plural, "fue establecido como resultado de revelación directa, y muchos de los que siguieron el mismo sintieron que les ordenaban divinamente hacerlo así" (Talmage 424). El dato se encuentra en Doctrinas y Convenios, sección 132. Su título dice: "Revelación dada a través de José Smith, el profeta de Nauvoo, Illinois, registrada el 12 de julio de 1843, en relación con el convenio nuevo y eterno, incluyendo la eternidad del convenio matrimonial, como también la pluralidad de esposas." En esta revelación es claro que un "indispensable para la obtención del estado de divinidad" es el "matrimonio debidamente autorizado" (DyC 132). En los versículos 52 al 54 de la sección 132, se le dice a Emma Smith, esposa de José, que debe prepararse para recibir esposas adicionales "dadas" a su esposo, o de lo contrario ella sería destruida.
Se ha señalado que los dioses del mormonismo son polígamos y constantemente están engendrando hijos. Al segundo presidente, Brigham Young, se atribuye la afirmación de que "cuando nuestro Padre Adán vino al jardín de Edén, el trajo consigo a Eva, una de sus esposas". Por esto es que el concepto de que Jesucristo era casado y que era polígamo no provoca consternación. Sólo engendrando hijos pudo él llegar a lo más alto en el reino celestial.
La poligamia se convirtió después en un asunto controversial En la historia mormona, pero no hay duda de que la práctica era común y que empezó con José Smith el profeta. El sexto presidente de la iglesia, José F. Smith, escribió: "puedo afirmar positivamente, por evidencia incontrovertible, que José Smith fue el autor, bajo Dios, de la revelación sobre el matrimonio plural". Él cita un testimonio respecto a una esposa plural de José Smith. El también da los nombres de otras seis mujeres que testificaron, bajo juramento, "que fueron selladas durante la vida de él por el profeta José Smith".
La poligamia continuó como una observancia de la iglesia en Utah por diez años sin que se emitiera ninguna ley que se le opusiera. A principios de 1862, sin embargo, se arreglaron estatutos federales que declaraban ilegal la práctica. Después de muchas apelaciones de la iglesia que fueron infructuosas, el presidente mormón Wilford Woodruff, el único hombre en la tierra que tenía las llaves de las ordenanzas selladoras, emitió una declaración oficial en 1890. A partir de entonces la iglesia discontinuó la práctica del matrimonio plural, según James E. Talmage, uno de los doce apóstoles de la iglesia mormona (Talmage 424, 524-25).
8. El negro mormón y el sacerdocio.
Como se señaló antes, José Smith fue ordenado al sacerdocio aarónico por Juan el Bautista y al sacerdocio de Melquisedec por Pedro, Jacobo y Juan. Estos dos sacerdocios son centrales en la organización de los mormones. "Tocante a la eternidad, el sacerdocio es el poder y autoridad eternos de la deidad por la cual todas las cosas existen; por la cual son creadas, gobernadas y controladas; por la cual el universo y mundos sin número han venido a la existencia; por la cual el gran plan de creación, redención y exaltación opera a través de la inmensidad, es el poder de Dios" (McConkie 594).
El sacerdocio menor es el aarónico, que contiene los oficios de diácono, maestro, sacerdote y obispo. Es preparatorio; por él uno es preparado para el mayor, el sacerdocio de Melquisedec. Este último contiene los oficios de anciano, sumo sacerdote, patriarca o evangelista, y apóstol. El sacerdocio de Melquisedec es "el canal mediante el cual todo conocimiento, doctrina, el plan de la salvación, y todo asunto importante es revelado desde el cielo" (McConkie 527).
La doctrina mormona declara específicamente "que a los espíritus enviados a la tierra por el linaje de Caín y Cam se les niega absolutamente el sacerdocio, hasta donde concierne a la vida mortal" (McConkie 479). La iglesia mormona además sostiene que hubo espíritus premortales que eran "menos valientes" que otros, y que "por tanto tenían impuestas sobre ellos ciertas restricciones espirituales durante la mortalidad". Ellos "son conocidos por nosotros como los negros" (McConkie 527).
A los negros se les niega el sacerdocio y "bajo ninguna circunstancia pueden tener esta delegación de autoridad" (McConkie 527). Ellos "no son iguales a otras razas en lo que concierne a la recepción de ciertas bendiciones espirituales" (McConkie 527). Es de lo más notable que en junio 9 de 1978 el presidente mormón Spencer W. Kimball. profeta, vidente y revelador de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, emitió este decreto: Dios "ha confirmado por revelación que el día largamente prometido ha llegado cuando cada fiel y digno puede recibir el sacerdocio santo con poder para ejercer su autoridad divina.
Consecuentemente, todos los miembros dignos de la iglesia pueden ser ordenados al sacerdocio sin relación con su raza o color". Este decreto esperado tanto tiempo fue ampliamente promulgado y fue aclamado por los menos de un millar de miembros negros de la iglesia.
Aparentemente no se ha hecho ningún intento por reconciliar estos edictos diametralmente opuesto de "la voluntad y la palabra del Señor" con sus leyes de justicia. Puesto que la existencia mortal fue definida por acciones irreversibles hechas en el mundo espiritual preexistente, las explicaciones irrefutables son imposibles.
9. Divisiones en el mormonismo.
A la muerte de José Smith, una conferencia especial en Nauvoo, Illinois, el 8 de agosto de 1844 votó aceptar el concilio eclesiástico de doce apóstoles, encabezado por Brigham Young, como el cuerpo gobernante interino hasta la reorganización de una presidencia. El cuerpo principal, que sumaba unos veinte mil, se fue con Young a Utah. Estos formaron el principio de un grupo al que usualmente se alude cuando se mencionan "los mormones". Su membresía actual es de aproximadamente dos millones.
Cinco grupos disidentes rehusaron seguir a Brigham Young y formaron organizaciones separadas. De estas, solamente una tiene importancia. Es la Iglesia Reorganizada de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, con oficinas centrales en Independence, Missouri. Ellos son llamados josefitas. Los mil originales siguieron a Emma Smith, la primera esposa de José, y después fueron organizados por José Smith Jr. La membresía actual aproximada es de 175.000.
Un activo programa de publicación hace hincapié en las diferencias que existen entre ellos y la iglesia mormona de Utah, como es llamado el grupo principal. Ambos grupos creen en la autenticidad del Libro de Mormón. Ambos aceptan y publican "muchas de las revelaciones dadas mediante el profeta José Smith en nuestras respectivas versiones y adiciones de Doctrinas y Convenios".
Las diferencias tienen que ver con conceptos conflictivos respecto a Dios, la cuestión de la poligamia, ritos del templo secreto y sucesión profética y liderazgo. Se hace una fuerte objeción al "axioma aceptado por muchos años por los mormones: "Como el hombre es, Dios fue una vez; como Dios es, muchos pueden llegar a ser". Se rechaza la enseñanza de que Dios mismo es un ser progresivo. La Iglesia Reorganizada enseña que Dios es eternamente invariable. Naturalmente con esto sigue el repudio de la teología de Brigham Young de Adán-Dios.
Correlacionado con esto está la negación de la doctrina del matrimonio celestial en lo que concierne a la progresión eterna y a la exaltación del hombre. La Iglesia Reorganizada sostiene que la poligamia es contraria a la enseñanza y la práctica de José Smith. Ofrece evidencia documentarla para probar que la historia aceptada de las esposas plurales del profeta fue un engaño perpetrado por Brigham Young y sus asociados cercanos.
La sección 132 de Doctrinas y Convenios no es aceptada como revelación divina. En el templo de Kirtland de la Iglesia Reorganizada no hay reuniones secretas de ninguna clase. Todas las reuniones están abiertas al público; ninguno de los sacramentos y ordenanzas es efectuado en secreto. Los "Ritos del Templo Secreto", como los practican los mormones de Utah, sostienen que son detestables.
Finalmente, los josefitas desaprueban la pretensión de que Young y sus sucesores son los ancianos ordenados de la iglesia. Ellos siguieron a José Smith Jr. como el sucesor designado por su padre y han mantenido su propia línea de sucesión "revelada". Este grupo publica y usa la Versión Inspirada de la Biblia. Iniciada por José Smith como una revisión de la Versión del rey Jaime, no fue completada por él y por tanto no es usada por los mormones de Utah.
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