Basada en Mateo 22:37
Cuando Cristo pasó revista a las siete iglesias que aparecen en el libro de Apocalipsis, se refirió a la iglesia de Éfeso, de una manera muy clara, llamándole la atención, justamente por haber perdido su primer amor (Apocalipsis 2:4).
No podemos olvidar que el primer mandamiento, el mayor de los mandamientos, es: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente" (Mateo 22:37). Muchos confundimos el amor por lo que hacemos, el amor por la predicación, el amor por el ministerio, con el amor por Dios. Y esas dos cosas están relacionadas, pero no son exactamente las mismas.
Nuestro amor por lo que hacemos debería fluir como resultado de una relación íntima, de una comunión diaria con Dios. De esa manera, realmente Dios estará en Su lugar y el ministerio estará en el suyo. No confundas nunca lo que Dios es, el Hacedor, con la obra que haces. Algunos de nosotros sembramos, otros regamos la semilla sembrada, pero al final es nuestro Dios quien cosecha (ver 1 Corintios 3:1-9).
Cultiva tu amor por Dios y luego lleva a cabo tu ministerio como resultado natural de tu amor por Él y de tu relación con Él.
Extraído del libro 95 Tesis para la iglesia de hoy, Miguel Núñez.