Basada en 1 Corintios 15:3
Muchos predicadores hoy en día temen que las ovejas se les puedan ir a otros pastos. La realidad es que si presentamos el alimento de Dios a aquellas ovejas que Dios nos ha entregado, las ovejas permanecerán; pero tenemos que alimentarlas, tenemos que cuidar del evangelio, cuidar de la revelación de Dios con temor y temblor.
El apóstol Pablo escribe en 1 Corintios 15:3-4: "Porque yo os entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.” De manera que, una y otra vez, Pablo se cuidó de que aquello que él recibió de parte de Dios como revelación, no fuera distorsionado por sus emociones, por sus temores, por sus cuidados o por las presiones ejercidas por los demás.
Predicador, recuerda que tu responsabilidad y mi responsabilidad es servir a las ovejas aquella comida que ya Dios ha preparado. Él es el cocinero; nosotros, los meseros. Como dice uno de nuestros líderes contemporáneos, realmente Dios es el autor y nosotros somos simplemente el lector, y por tanto, tenemos que ir a la Palabra de Dios y servirla. Porque como bien reveló el Señor. "No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mateo 4:4). No podemos mal nutrir el alma de aquellos que Cristo compró por precio.
Cuida Su Palabra con esmero, predícala con reverencia, predícala con pasión, predica al pueblo de Dios deseando que Dios les visite, que ellos puedan escuchar lo que Dios ha revelado. Y preocúpate tú, y yo me repito lo mismo, por conservar la verdad más que las ovejas; Dios conservará a los Suyos.
Extraído del libro 95 Tesis para la iglesia de hoy, Miguel Núñez.