¡Este es el principio de la misión global de Pablo! Si no estamos dispuestos a hacerlo, limitaremos nuestro ministerio al estrecho grupo de los que comparten los requisitos que son importantes para nosotros.
Es fácil ver cómo sucede esto en la iglesia hoy. Cada grupo tiene sus requisitos y estamos agradecidos con Dios por estos, pero es fácil que cualquier iglesia se centre más en estos criterios que en el evangelio en sí. Y cuando esto pasa, de forma gradual y a veces imperceptible, la iglesia se convierte en un club para gente como nosotros y dejamos entonces de alcanzar el mundo.
Gracias a Dios que Pablo confrontó a Pedro cuando cedió ante la presión de su grupo. Si Pablo no lo hubiera hecho, el evangelio nunca habría llegado hasta nosotros. Si no nos levantamos y defendemos el evangelio, no llegará a otros; al contrario, se mantendrá dentro de un grupo limitado de personas como nosotros. Por eso que vale la pena defender el evangelio.
¿Cómo podrías convertirte en "todo para todos" por el bien de alguien que es diferente a ti?
0 Comentarios
Gracias por comunicarte con nosotros.