¡Usa libros para difundir la verdad de Dios en la tierra! | Ernest C. Reisinger

"El Señor daba palabra; Había grande multitud de las que llevaban buenas nuevas."-Salmo 68:11

• Un libro puede predicar cuando el autor no puede. En los días pasados, los hombres estaban encerrados y no se les permitía predicar, muchos escribían.

• Un libro puede predicar cuando el autor no puede, es decir, cuando es físicamente incapaz o cuando la distancia geográfica lo prohíbe.

• Un libro puede predicar cuando el autor ya no está. Muchos autores, aunque muertos, aún hablan hoy.

• Un libro nunca se aparta de la verdad.

• Un libro nunca está tentado a ceder.

• Un libro nunca se cansa ni se desanima.

• Un libro nunca pierde los estribos en un argumento.

• Un libro entra en la casa y se queda allí.

• Un libro siempre atrapa a un hombre en el estado de ánimo adecuado, o no lo recogería.

• Un libro siempre se adhiere a lo que tiene que decir, es decir, no puede conducir a problemas secundarios, o una conversación irrelevante.

Fuente: Reformando una iglesia local, Ernest C. Reisinger (1919-2004)