La mente, ese campo de batalla donde se define la victoria o la derrota. Mi objetivo es inundar tu pensamiento con dudas, temores y mentiras, porque sé por mi amplia experiencia en atacar a otros como tú, que lo que domina la mente, dominará tu vida.
Por tanto, sembraré en ti dudas sobre la Palabra de Dios. Te haré cuestionar Su verdad y relevancia en el mundo moderno. Si logro que desconfíes de lo que Él dice, estarás más abierto a aceptar mis mentiras y eso abrirá puertas para ataques mucho más fuertes que me permitirán derrotarte.
Sin detenerme un segundo, te bombardearé con pensamientos negativos. Haré que te concentres en tus fracasos, en tus miedos y en las cosas que no puedes controlar. Quiero que te sientas derrotado antes de siquiera intentarlo. Quiero que te sientas desanimado todos los días de tu miserable vida.
También utilizaré el ruido del mundo para distraerte. Noticias, redes sociales, entretenimiento… Todo lo que pueda llenar tu mente y evitar que medites en las cosas de arriba (Colosenses 3:2). Mientras tu mente esté saturada, no habrá espacio para la paz que Dios promete y sin esa paz puedo arremeter en tu contra de manera más fácil.
También atacaré tu identidad en Cristo. Te haré creer que no eres digno de Su amor, que no eres lo suficientemente bueno o que nunca cambiarás. Si logras aceptar estas mentiras, habré ganado una gran ventaja la cual utilizaré para hacerte todo el daño que sea posible,
Recuerda, si capturo tu mente, capturo tu corazón,
Satanás
Reflexión para el creyente: La batalla por tu mente es real, pero no estás solo en esta lucha. Romanos 12:2 nos exhorta a «transformarnos por la renovación de nuestro entendimiento.» Llena tu mente con la verdad de la Palabra y permite que Dios te dé Su paz que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7). La victoria es tuya en Cristo Jesús.
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