¿Qué podemos aprender de la historia de David y Goliat?

La historia de David y Goliat (1 Samuel 17) es un relato bíblico que demuestra cómo el Señor intercede por Su pueblo. David era un pastor, el menor de los ocho hijos de Isaí de Belén. El rey Saúl y sus soldados estaban peleando contra los filisteos, entre los cuales había un gigante de 3 metros llamado Goliat. Los hombres del ejército de Saúl tenían miedo de Goliat, y no había nadie que se enfrentara a él. Pero David, lleno de fe y de pasión por el nombre de Dios el cual estaba siendo blasfemado por Goliat, mató a Goliat con una piedra y una honda. Después le cortó la cabeza a Goliat con la propia espada del gigante. Cuando los filisteos vieron que su campeón había muerto, huyeron ante los israelitas, que consiguieron una gran victoria sobre ellos.

Un aspecto importante de esta historia es que Goliat se burlaba del Señor soberano del universo. Estaba desafiando al pueblo de Dios para que se enfrentara a él y le demostrara que su Dios era más poderoso que él. Hasta que David llegó al campamento israelita, no hubo nadie dispuesto a dar un paso en la fe y enfrentarse al gigante. Sin embargo, la fe de David era tan firme que estaba dispuesto a creer que el Señor iría con él y le ayudaría a derrotar a Goliat (1 Samuel 17:36-37). La fe de David surgió de su experiencia de la gracia y la misericordia de Dios en su vida hasta ese momento. El Señor lo había librado de situaciones peligrosas en el pasado, demostrando Su poder y confiabilidad, y David confió en Él para que lo librara del filisteo.

De la historia de David y Goliat podemos aprender que el Dios al que servimos es capaz de derrotar a cualquiera de los gigantes de nuestra vida—miedo, depresión, problemas financieros, dudas en la fe—siempre y cuando lo conozcamos a Él y a Su naturaleza lo suficientemente bien como para dar un paso en la fe. Cuando no sabemos lo que depara el futuro, debemos confiar en Él. Pero no podemos confiar en alguien que no conocemos, así que conocer a Dios a través de Su Palabra edificará nuestra fe en Él.

Como cristianos que han confiado en Cristo como el único camino al cielo (Juan 14:6), nuestra batalla contra los gigantes en nuestras vidas tendrá la victoria si nos aferramos por fe a Dios y a Su poder. La historia de David y Goliat es sólo uno de los tantos ejemplos del poder sobrenatural de nuestro Señor. Él se preocupa mucho por Sus hijos y sólo quiere lo mejor para nosotros.

A veces eso implica pruebas y batallas, pero en definitiva son para nuestro bien y Su gloria. Santiago nos dice que debemos considerar como pura alegría las pruebas, porque ponen a prueba nuestra fe y desarrollan la paciencia y la perseverancia (Santiago 1:2-4). Cuando somos puestos a prueba por estas situaciones, podemos, con el poder del Señor, enfrentarnos a cualquier gigante, confiando en que nuestro Salvador obtendrá la victoria.

Este artículo fue publicado originalmente por www.gotquestions.org