La Respuesta de Booz | Serie Rut

"Y él dijo: Bendita seas tú de Jehová, hija mia; has hecho mejor tu postrera bondad que la primera, no yendo en busca de los jóvenes, sean pobres o ricos. Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa, Yabora, aunque es cierto que yo soy pariente cercano, con todo eso hay pariente más cercano que yo. Pasa aquí la noche, y cuando sea de dia, si él te redimiere, bien, redimate, mas si él no te quisiere redimir, yo te redimiré, vive Jehová. Descansa, pues, hasta la mañana.

Ante la presencia de Rut de noche, ofreciéndose como esposa, ¡qué fácil hubiera sido para Booz tomarla sexualmente! Pero él sabía que ella era una mujer virtuosa (ver v.11b) y también sabía que no vino para ofrecerse sexualmente, por lo tanto, controló sus impulsos sexuales y atendió su pedido con mucho respeto. Al hacerlo, Booz sirve como ejemplo para todos los varones, de cómo tratar a una mujer. En Booz tenemos un verdadero caballero. Uno que no se aprovecha de las mujeres o de sus necesidades, sino que atiende a sus pedidos, ofreciendo ayuda sin pedir favores sexuales. ¡Ojalá hubiera más varones así en el mundo!

Al controlar sus impulsos sexuales, Booz también evitó ir al otro extremo. No

se puso a calumniar a Rut, acusándola de ser una mujer "fácil" e impúdica, por acercarse a un hombre de noche y acostarse a su lado. Tampoco comenzó a vociferar, diciendo que una mujer como ella no merecía casarse con un judío. La trató con sumo respeto. Rut había ganado su admiración, trabajando largas horas, día tras día, en los campos de cosecha y él no iba a minimizar todo eso ahora, acusándola injustamente de tener malas intenciones.

En vez de reaccionar en una de estas dos maneras, Booz respondió al pedido de Rut en una forma responsable y positiva. Lejos de molestarse, tomó su pedido como un halago. Reconoció que era una mujer joven y que lo natural hubiera. sido que deseara casarse con un hombre más joven que él (v.10b). En resumidas palabras, Booz quedó impresionado, reconociendo de que al acercarse a él, un hombre ya maduro en años, y pedir que él la tomara como esposa, Rut lo estaba haciendo por el bien de Noemí y no tanto por su propio bien como mujer. Por eso Booz la felicita, diciendo: "Bendita seas tù de Jehová, hija mia, has hecho mejor tu postrera bondad que la primera..." (v.10a). La primera bondad fue la de dejar a sus padres y su tierra para acompañar a Noemí en su viaje de retorno a Belén (ver Rt. 2:11), y la "postrera bondad" fue la de pedir que Booz se casara con ella, como el "pariente redentor" ('goel), para salvaguardar el futuro de la familia de Elimelec,

En el v.11, Booz indica su disposición de acatar el pedido de Rut. La forma en que lo expresa es impresionante: "yo haré contigo lo que tú digas" (v.11a). Aquí tenemos a un varón judío, un hombre rico y bien respetado por la comunidad, diciéndole a una mujer moabita que era joven y carecía de recursos materiales, que haría todo lo que ella le pidiera. ¿Por qué se puso a su disposición de esa manera? Booz lo explica en las palabras que siguen: "pues toda la gente de mi pueblo sabe que eves mujer virtuosa" (v.11b). ¡Qué tremendo halago! Rut no tenía recursos materiales y tampoco tenía quien la defendiera, sin embargo se había ganado el respeto de toda la comunidad de Belén por su trabajo y comportamiento.

Las palabras de Booz nos hacen recordar lo que Cristo dijo a Sus discípulos, "todo lo que pidiereis al Padre en Mi nombre, lo bare" (Jn. 14:13). Rut recibió la promesa de Booz por su buen comportamiento. pero nosotros recibimos la promesa de Cristo por gracia. Nosotros no hemos hecho nada para merecer la promesa de Cristo, más bien, tenemos la responsabilidad de demostrarnos dignos de esa gracia. Por lo tanto, debemos disponer nuestros corazones para vivir de tal manera que podamos pedirle a Dios favores con la confianza de ser atendidos por el Eterno Dios, siempre confiando en los méritos fundamentales de Cristo y no en los nuestros.

Lamentablemente, aunque Booz quería tomarla como esposa y cumplir su deber como "pariente cercano", él sabía que había otro que tenía mayor derecho al respecto: "hay pariente más cercano que yo" (v.12b). Es de suponer que, por alguna razón, Noemí no sabía de esa persona o no queria hablar de esa persona, por eso Rut desconocía la existencia de otro "pariente cercano", Booz cumplió con decir la verdad y no trató de aprovecharse de la ignorancia de Rut. Actuó con integridad, lo que señala la clase de hombre que era.

A pesar de la existencia de este otro "pariente cercano", Booz le animó a Rut diciendo que iba a tomar cartas en el asunto ni bien amanecía: "cuando sea de dia" (v.13a). ¡No había tiempo que perder! Si el pariente más cercano estaba dispuesto a redimirle a Rut, que lo haga, "mas si él no te quisiere redimir, yo te redimire" (v.13b) fue la promesa de Booz.

Habiendo hecho esa promesa, Booz le indica a Rut que seria mejor descansar, diciendo: "Pasa aquí la noche... Descansa, pues, hasta la mañana" (v.13). ¡Con qué alivio habrá dormido Rut esa noche! Lejos de tratarla mal o incomodarse, Booz la trató como un verdadero caballero, y Rut descansó bien el resto de la noche.

Muchos varones, en esa situación, aprovecharian para sacar algún provecho sexual de la mujer, pero no Booz. Él es un ejemplo, al igual que José y el Señor Jesús, de un varón cristiano que tiene sus impulsos bajo control. ¡Qué buena lección para todos los varones cristianos hoy en día! Y qué desafio para las mujeres cristianas, a no conformarse con un esposo que no sea un verdadero caballero.

Alguien ha comentado que Booz, en vez de tratar a Rut como una mujerzuela, la bendijo como un padre lo haria; la animó como si fuese su amiga; le hizo promesas como un pariente cercano; la recompensó como un benefactor; y la envió de vuelta a casa cargada de esperanza y presentes, y no menos virtuosa de lo que era cuando se acercó a Booz esa noche. El comportamiento de Booz es un ejemplo admirable de dominio propio y generosidad. ¡Qué apropiado que Booz llegara a ser uno de los progenitores de Aquel en cuyos labios y corazón no hubo engaño alguno!