¿De qué maneras el pecado obra para el bien de los piadosos? | Thomas Watson

¿De qué maneras el pecado obra para el bien de los piadosos? | Thomas Watson

Esta inhabitación de la corrupción hace que los santos aprecien más a Cristo. El que siente su pecado como un enfermo siente su enfermedad, ¡cuán bienvenido es Cristo el Médico para él! El que se siente aguijoneado por el pecado, ¡cuán preciosa es para él la serpiente de bronce! Cuando Pablo se lamentaba por su cuerpo de muerte, ¡cuán agradecido estaba por Cristo! «Doy gracias a Dios por Jesucristo, Señor nuestro» (Romanos 8:25). La sangre de Cristo salva del pecado, y es el ungüento sagrado que mata esta enfermedad mortal del pecado. Este sentido del pecado obra para bien, pues también es ocasión de poner alma en seis deberes especiales:

El pecado pone al alma en búsqueda de sí misma. Un hijo de Dios consciente del pecado, toma la vela y la linterna de la Palabra, y escudriña en su corazón. Desea conocer lo peor de sí mismo; como un hombre que está enfermo del cuerpo, desea conocer lo peor de su enfermedad. Aunque nuestro gozo reside en el conocimiento de nuestras gracias, hay también algún beneficio en el conocimiento de nuestras corrupciones. Por eso Job ruega: «Hazme entender mi transgresión y mi pecado» (Job 13:23). Es bueno que conozcamos nuestros pecados, para que no nos halaguemos a nosotros mismos, ni tomemos nuestra condición como mejor de lo que realmente es. Es bueno descubrir nuestros pecados, no sea que ellos nos descubran a nosotros.

* Thomas Brooks (1608-1680): Predicador congregacional; autor de Preciosos remedios contra las artimañas de Satanás (Precious Remedies against Satan’s Devices).

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