Es posible que el recién convertido no se parezca mucho a Dios, pero tiene parte de la semblanza de la deidad, por lo que Dios puede llamarlo suyo tal como es, y los ángeles pueden reconocer el parecido familiar.
Siendo así, debo decir que entre los cristianos hay un grave problema. El asunto es que a veces sienten que Dios está lejos, muy lejos. O viceversa. Es difícil sentir gozo si no sientes, porque sentir es regocijarse. Es difícil regocijarse si sufres la sensación de un Dios remoto. La mayoría de los cristianos sufren de esa sensación de divina lejanía.
Por cierto, sí saben que Dios está con ellos y están seguros de que son hijos de Dios, y pueden mostrarte su Nuevo Testamento subrayado y confirmarte con certeza que han sido justificados y regenerados. Pueden dar testimonio de que pertenecen a Dios y que el cielo será su hogar. Tienen toda la teología en la cabeza, pero igual sufren de la sensación de lejanía.
Una cosa es conocer algo en tu intelecto y otra muy distinta sentirlo en tu corazón. La mayoría de los cristianos intentan ser felices sin el sentido de la presencia de Dios.
“Oh, Cristo mío,
Oh, Cristo mío,
Eres tú mi amigo fiel,
Seguro amparo solo en ti tendré.
En mis aflicciones;
Buen Jesús, iré a ti,
Y consuelo y dicha me darás a mí.
Cristo, ven más cerca,
Dame gozo, paz, perdón;
Cerca, sí, más cerca de mi corazón.”
FANNY J. CROSBY (1820-1915)
ORACIÓN
“Oh Dios, anhelo estar más cerca de ti. Siento hambre y sed de tu presencia en este día. Que tu presencia sea hoy una realidad para mí. Amén.”
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