La verdadera santidad… es mucho más que lágrimas, suspiros, emociones corporales, un pulso acelerado, un sentimiento ferviente de apego a nuestros predicadores favoritos y nuestro propio grupo religioso, y una disposición para discutir con todos aquellos que no estén de acuerdo con nosotros… La verdadera santidad implica la valentía santa, el conflicto, la guerra, la lucha, la vida de soldado, el combate; son consideradas características de un verdadero cristiano.
La verdadera santidad no lleva al cristiano a evitar las dificultades, sino a enfrentarlas y superarlas. Cristo desea que su pueblo demuestre que su gracia no es simplemente una planta de invernadero, que sólo puede crecer al abrigo de un refugio, sino un árbol robusto que puede florecer en todas las circunstancias de la vida.

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