La oración y la aceptación de los "NO" de Dios

Autor: Yo soy más en Cristo

La oración es una herramienta poderosa que nos permite comunicarnos con Dios y pedirle ayuda en momentos de necesidad. Sin embargo, no siempre obtenemos la respuesta que deseamos. A veces, Dios dice "no" a nuestras peticiones, y es ahí donde debemos aprender a aceptar su voluntad con humildad y gratitud.

La fe y la aceptación

La fe mueve montañas, pero también nos enseña a confiar en la voluntad de Dios. En la carta a los Colosenses, el apóstol Pablo nos exhorta a dedicarnos a la oración y a estar listos para enfrentar cualquier situación mediante la oración y el dar gracias a Dios (Colosenses 4:2). Esto nos muestra que la oración no solo es pedir, sino también dar gracias y confiar en la voluntad de Dios.

La respuesta de Dios

Dios obra en toda situación para el bien de los que lo aman, los que han sido llamados por Dios de acuerdo a su propósito (Romanos 8:28). Esto significa que, aunque la respuesta de Dios no sea la que esperábamos, siempre obra beneficiosamente en nosotros.

La clave para aceptar los "NO" de Dios

La clave para aceptar los "NO" de Dios se encuentra en dos puntos importantes: la disposición y la mente. Cuando disponemos nuestro corazón para hacer la voluntad de Dios, Él comienza a transformar nuestra manera de pensar, y nos capacita para entender y aceptar su respuesta, aunque no sea de acuerdo a lo que pedimos (Romanos 12:2).

Presentarnos ante Dios con un corazón agradecido

Es necesario presentarnos con un corazón agradecido ante Dios, aunque algunas de nuestras oraciones no sean respondidas como quisiéramos. Porque todo lo que Dios hace es bueno, agradable y perfecto. Al hacerlo, podemos experimentar la paz y la confianza que vienen de confiar en la voluntad de Dios.

Conclusión

La oración es una herramienta poderosa que nos permite comunicarnos con Dios y pedirle ayuda en momentos de necesidad. Sin embargo, es importante aprender a aceptar los "NO" de Dios con humildad y gratitud. Al hacerlo, podemos experimentar la paz y la confianza que vienen de confiar en la voluntad de Dios.