Sin título

Mis padres se separaron hace siete meses y hoy hay odio en mi casa. Comencé a alejarme de Dios, no leo más la Biblia, tengo algunas deudas, mi familia está despedazada, mis hermanos pequeños me necesitan. Estoy desganado, sin vida y no sé exactamente qué hacer.

¿Cómo puedo volver a ser una persona que agrade a Dios? ¿Cómo puedo restaurar a mi familia?

José

El pecado destruye todo a su paso. Destruye vidas, familias y comunidades. Esta no es la manera en que debía ser. Dios creó un mundo perfecto, en el que los seres humanos vivían en armonía con el Creador y su creación. Pero desde que el pecado entró en el mundo, las cosas son muy distintas.

Por nosotros mismos, no hay manera de remediar la situación. Por mucho que intentemos "portarnos bien" y construir una familia perfecta, siempre nos quedaremos cortos. El pecado es demasiado terrible. La buena noticia es que no tenemos que buscar salvación por nosotros mismos.

La única manera de ser una persona que agrade a Dios es ser una persona que está en Cristo. La única manera de ser una familia que agrade a Dios es ser una familia que se aferra a Cristo.

Tus hermanos necesitan un hermano perfecto, pero ese hermano no eres tú.

Ellos necesitan a Cristo. Tú necesitas a Cristo. Deja de cargar el peso de tu propio pecado y el pecado de tus padres sobre tus hombros. Arrepiéntete de tu iniquidad y vístete de la justicia de Cristo. Predica el evangelio en tu hogar y descansa en que Dios es quien abre los ojos y transforma corazones.

Hermano, corre a Cristo. Exprésale cómo te sientes y ruégale que te levante y fortalezca. Ve a su Palabra, no como un medio para "ganar puntos con Dios" sino como tu fuente de vida y alimento.

No esperes una vida perfecta en este mundo caído. De este lado de la eternidad, el pecado seguirá presente en nuestras vidas y nuestras familias. Pero, si estás en Cristo, ese pecado no reina sobre ti. Camina como lo que ya eres, un hijo de luz (Ef 5:8). Dios hará su obra en ti y a través de ti.

- Ana Ávila


Revista Coalición 2021, Las Promesas del Evangelio

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