Basada en Juan 17:21
Cuando la verdad de Dios ha estado en juego, la división de la iglesia en algunas ocasiones ha sido necesaria; pero la iglesia nunca se dividió por causa de egos no quebrantados.
Si hay algo que debemos recordar es que el Señor Jesucristo, horas antes de Su crucifixión, en el aposento alto, instruyendo a Sus apóstoles, pidió a nuestro Dios Padre que seamos uno así como Él y el Padre son uno (ver Juan 17:21).
Sin embargo, a lo largo de los años, la iglesia de Cristo ha sufrido la plaga de división. Y una vez más, si tenemos que dividirnos porque el evangelio de Cristo va a ser negociado, entonces nos dividimos. Pero la mayoría de las divisiones se han dado simplemente porque hemos rehusado el ser quebrantados, el ser humillados, perdonar y pedir perdón, y entonces hemos creado tienda aparte simplemente por diferencias debidas a nuestros egos agigantados.
Tenemos un llamado a ser humildes. Tenemos un modelo en la persona de Jesús, quien dejó Su gloria, vino a esta tierra, se hizo hombre, se hizo siervo y nos sirvió de tal forma que supo llegar hasta la muerte: una muerte de cruz.
Él nos dejó una enseñanza: "Aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas" (Mateo 11:29). Pastor, maestro, oveja, recordemos Su palabra y honremos Su legado.
Extraído del libro 95 Tesis para la iglesia de hoy, Miguel Núñez.
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